Sobre violencias y contradicciones: «La crítica», de Rafa Alarcón y Jerónimo Cornelles

Francisco M. Faura Sánchez

Una sala polivalente. Escenario idóneo para cualquier representación de un establecimiento político o mediático de cualquier país occidental. En escena aparece un personaje, una chica de 22 años de edad.

Interpela al público, la luz sólo la enfoca a ella puesto que lo único importante en escena es ella. Cuando termina de hablar se halla en la sala polivalente. Un hombre que sabemos que conoce se encuentra nervioso, no sabe cómo actuar delante de ella. La incomodidad se adueña de la escena ya que el fin último de La crítica es incomodar. Tanto personajes como público están violentados durante los primeros momentos de la obra.

Se van descubriendo, en repeticiones de diálogos incómodos, qué tipo de relación parece haber entre los dos personajes en escena. Antiguos amantes, él era su profesor en la universidad y ella “lerda” amante de él. La situación incomoda cada vez más. Ella intuye que no ha debido de ir, pero la necesidad de encontrar un trabajo para ayudar en las tareas domésticas no le han dejado otra.

De la incomodidad surge la violencia. Es una violencia lingüística que tiene un único sentido, el de él hacia ella. Se intenta imponer y siempre tratando de aparentar a un “aliado, aliada, aliade”. Una violencia tóxica que acrecenta la incomodidad del público, que se siente impotente ante la situación vivida.

Un momento de descanso cuando entra el tercer personaje, una mujer que ostenta desde hace poco un cargo político que se ha visto dañado por la crítica que la chica ha hecho en su blog. Ese descanso de la incomodidad se convierte en aversión hacia la mujer, que tratando de apelar a los valores del feminismo no se muestra a favor de incluir a las personas trans dentro de la corriente. Ataca a la chica, trans, no tanto por lo que es sino por las triquiñuelas políticas en las que se ve envuelta.

Una obra que, en una sala pequeña, con una puesta en escena sencilla en la que una cafetera marca los tiempos, cada vez más acelerados, una angustia taquicárdica sirve para dar voz a aquellas personas que luchan silentes ante las tropelías causadas por su intimidad y orientación.

El texto deja claro su finalidad política. El tema y la disposición sobre el escenario son marcas que subrayan la importancia de defender los derechos humanos y que deja de lado el mundo partidista para hacer desde las tablas una política que reclama ante el público la participación de toda la sociedad.

Desde esa sala polivalente, imagen que se repite a lo largo de la pieza y que el espectador está observando, se advierte que lo polivalente, a pesar de lo que se diga no tiene límites y que una vez puestos se convierte en un ambiente incómodo, disruptivo y violento.

Sala Matilde Salvador – Universitat de València, 2 y 3 de febrero de 2022

Texto y dirección: Jerónimo Cornelles; Reparto: Rafa Alarcón, Candela Saus y Laura Useleti; Ayudante de dirección: Santiago Ribelles; Espacio escénico: Los Reyes del Mambo; Espacio sonoro: David Alarcón; Iluminación: Pablo Fernández; Grafismo y fotografía: Sergi Vega; Vestuario: Jose Morales; Vídeo y teaser promocional: StageIn; Producción ejecutiva: Rafa Alarcón; Una producción de Alarcón&Cornelles

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