Un trabajo de visualización, concienciación y memoria histórica: «Fils de vida», de Pere Fullana

Clara de Jorge Redondo

El 24 de abril tuvo lugar en el Teatre Micalet la última representación de la obra teatral dirigida por Pere Fullana y producida por Iguana Teatre: Fils de vida. A través de tres historias bien diferenciadas e interrelacionadas, interpretadas por Irene Soler, Marina Nicolau y Salvador Oliva, el espectador se adentra en el mundo de los «xuetas», término despectivo para referirse a todos aquellos judíos conversos en Mallorca desde 1691 y que siguió en vigor hasta el siglo XX aproximadamente. De igual modo, la obra transmite, relata y evidencia con sumo detalle todo lo que aquello comportó y sigue, por desgracia, comportando hoy en día para este colectivo: estigma, miedo, repudio, discriminación, lucha, supervivencia, dolor, sufrimiento e incluso muerte.

Nada más comenzar el espectáculo, el elemento más notorio y sorprendente a ojos del público es la puesta en escena en su conjunto. La escenografía se caracteriza por su sencillez y minimalismo, un minimalismo protagonizado por un breve silencio inicial, un juego de luces de tonos cálidos y fríos, un biombo central con ventana, dos muebles verticales con aperturas para facilitar la interpretación de los figurantes, una escalera, la muestra de múltiples fotografías y retratos por parte de los personajes y, finalmente, la inserción continua de música de la época que acompaña cada uno de los momentos, parlamentos y gestos de los intérpretes.

Por otro lado, aunque no menos importante, el trabajo interpretativo que ofrecen los distintos figurantes es sensacional. Son los tres actores ya mencionados, Soler, Nicolau y Oliva, quienes llevan el peso de la representación, aunque, debido al polifacetismo que tanto les determina de principio a fin, casi parece que haya más intérpretes en escena. Este polifacetismo está acompañado de diversos elementos: un vestuario simple y adecuado a cada situación comunicativa que va sucediéndose, la conjugación de diversos cambios tonales, los distintos grados dramáticos, la intertextualidad presente gracias a la reproducción de algunos fragmentos de películas conocidas, como Lo que el viento se llevó de Víctor Fleming, y el toque metateatral logrado con alguna que otra referencia a obras de teatro célebres.

Ambos elementos —la escenografía y la interpretación de los actores— brindan al espectador la posibilidad de conectar tanto con los personajes principales del presente, gracias a los diferentes monólogos, como con los secundarios, aquellos que van apareciendo a medida que se hace alusión a ellos como recuerdos del pasado que ya no van a volver.

Aunque, como hemos mencionado al comienzo de la reseña, la obra esté conformada por tres historias diferentes, el título es especialmente significativo porque deja patente que, por muy distintas que puedan llegar a ser o parecer las vivencias de las personas xuetas a causa de los diversos puntos de vista desde los cuales se manifiestan, al final todas están unidas por la misma delgada línea, como lo es una hebra de hilo, gracias a la cual pueden sentir que no están solas, que entre ellas son capaces de unir fuerzas y sobrevivir a un drama como el que comenzó a finales del siglo XVII.

Bajo mi punto de vista, Fils de vida es una obra impactante, incapaz de dejar indiferente al público, tanto por su complejidad a nivel lingüístico como por la exquisita expresión y exteriorización de las diferentes emociones transmitidas por parte de los actores desde el comienzo hasta el fin de la función. Asimismo, puedo decir que disfruté mucho de la obra porque, aunque tenga una fuerte carga histórico-simbólica, permite de alguna forma que el público conecte con sus propias experiencias vitales y se dé cuenta de lo importante que es conocer a la familia y la historia que hay detrás de ella.

Personalmente, recomendaría Fils de vida por dos motivos: por una parte, por su calidad artística y, por otra, por lo importante que es consumir teatro de este tipo y aprender de obras que tienen detrás un arduo trabajo de investigación sobre memoria histórica y que optan por transmitirla a través de la ficción. Lo cierto es que hoy en día hay partes de la historia que siguen constituyendo un problema y que incluso se ven como un tema tabú, dado que muchas personas niegan su relevancia o tienen miedo a tratarlas. No obstante, no hemos de olvidarlas; debemos ser conscientes de que existen, porque, como suele decirse, el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla. Y, efectivamente, si no nos esforzamos y hacemos justicia, reproduciremos pensamientos ya olvidados y terminarán por repetirse algunas de las conductas que tanto daño han hecho a la humanidad a lo largo de su historia, como las que se dieron durante el franquismo, el nacismo, la Primera y Segunda Guerra Mundial, el genocidio, la Guerra Civil española y, en el caso que aquí nos ocupa, la quema y el estigma de los y las xuetas.

Teatre El Micalet, del 20 al 24 de abril de 2022

Dramaturgia:  Pere Fullana, Aina Salom i Carme Planells; Intérpretes: Marina Nicolau, Salvador Oliva i Irene Soler; Iluminación: Toni Gómez; Escenografía: Jordi Banal; Vestuario: Bel Cirerol; Dirección: Pere Fullana; Programación de audivisuales y sonido: Juanro Campos; Diseño de audiovisuales: Elisa Banal-Juaneda; Construcción de atrezzo y escenografía: Azahara Juaneda, Naiara Yerobi i LindaThielemann; Reportaje fotográfico: Ruben Ballester; Reportaje videográfico: Cinética; Diseño gráfico: Naiara Yerobi; Promoción y comunicación: Elisa Banal-Juaneda; Diseño de producción: Carles Monilet; Producción ejecutiva: Jordi Banal.

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