Cristian Marco Martínez

Lisistrata es una comedia griega de Aristófanes que ha tenido desde la época clásica hasta nuestros días diferentes adaptaciones, y por diferentes grupos de teatro, siempre como una oda a la paz, y al combate bélico a través del humor, y en esta actualización del grupo amateur de alumnos del IES Districte Marítim también es lo que se pretende conseguir.
El lugar elegido para la representación es la mítica Sala Palmireno de la Universidad de Valencia, lugar donde se han representado muchas obras universitarias, y de donde han nacido muchos grupos, que ha tenido este año su reapertura tras varios años.
A través de este espacio, se intenta reagrupar un grupo de más de treinta adolescentes que forman el reparto y coro, y el espacio especialmente al ser tantas personas no les permite lucirse, pero es bastante positiva la idea de revivir un gran coro en una comedia latina, lo que invita a la idea de viajar a los orígenes del teatro y a la Antigua Grecia.
Sin embargo, pese a que este “viaje” no se queda únicamente aquí, la obra ha sido muy modificada y actualizada hacia un lenguaje más moderno, cercano a nuestros días, y, especialmente, cercano a los adolescentes que conforman nuestra sociedad. Además, no solo se ha actualizado el lenguaje, sino que los jovenes actores a través de directrices marcadas y de cambios de texto, consiguen hacer una suerte de juego con la actualidad, e incorporan situaciones cómicas muy bien traídas, que pueden resultar propias al teatro del absurdo, del teatro humorístico-gestual que practican reconocidos grupos de humor como Tricicle, o a los noticiarios humorísticos propios de los monologuistas, donde se comentan las noticias de actualidad modificadas y con humor, con el fin de sacar una sonrisa al espectador.
En el lenguaje utilizado, quizás resulta redundante la gran carga de palabras sexuales, y pese a que lo quieren sacar a relucir porque es el tema principal de la obra (la abstinencia sexual de los griegos en la guerra contra Troya ideada por sus mujeres, que les lleva a situaciones desesperadas), acaba resultando monótono, y acaba dando un efecto de saturación al espectador, pero lo usan como base para crear situaciones disparatadas a los personajes que representan los actores, y eso le da valor a la frecuencia con la que utilizan el lenguaje referente al sexo, a los atributos masculinos y femeninos, y a otro tipo de palabras con la misma finalidad.
No solo buscan una simple representación formal, sino que se atreven a romper la “cuarta pared”, a acercarse al espectador para interpretar, a mostrar sus monólogos y acciones delante del espectador, y a hacer gala de su desparpajo atrayendo todavía más la parte cómica de la obra hacia el público.
De esta manera, con el tema tratado y las indicaciones marcadas, vemos a unos jóvenes que buscan una tarea concreta: salir a un escenario a disfrutar.
No es la principal obra que se debe buscar para ver una actuaciones brillantes (pese a que los protagonistas hacen un gran papel con los recursos que tienen, y pese a ser para muchos la primera vez que prueban la experiencia teatral), como tampoco se va a ver una representación fidedigna del texto original, sino que se van a mostrar a jóvenes que acaban de empezar a hacer teatro, que no tienen en cuenta una mayor proyección de la voz, lo cual es gran causa de que el espectador no se pueda enterar en muchas ocasiones de sus estamentos, donde la compenetración en algunos momentos no es adecuada, y donde se confunden a la hora de nombrar el texto y por pueril error no improvisan. Pero lo importante es que estamos presenciando unos adolescentes haciendo teatro, representando una función, y disfrutando con lo que están haciendo. Su función es pasárselo bien, perder la timidez y vergüenza (como reconocía uno de los adolescentes en el coloquio posterior), y salir a escenario a jugar, y eso sí que lo consiguen a la perfección, en eso sí que son unos auténticos profesionales, pues logran conocer a la perfección el “juego” del teatro y lo aprovechan para lograr sacarle una sonrisa al espectador, para quitarse prejuicios con el fin de pasárselo bien por encima de todo.
Que logren divertirse haciendo teatro ya es un logro, y es una muestra viva de que los institutos se deberían plantear que sus alumnos hiciesen más teatro, para que se sintieran más libres y confiados, y fuesen capaces de perder la timidez propia de la juventud, que, en definitiva es lo que se consigue a través de que estos jóvenes hagan esta representación, y es lo que necesitan los adolescentes.
29 de marzo de 2022, Sala Palmireno, Universitat de València.
Dirección: Miguel Navarro; Intérpretes: Alumnos y alumnas de IES Districte Marítim