Andrea Cortés Pastor.
En tierra extraña es el título de la obra que deambuló durante el mes de septiembre entre las bambalinas del Teatro Olympia de Valencia. Este espectáculo, que ha recibido diversos galardones en los Premios de Teatro Musical 2022, ha sido protagonizado por Avelino Piedad en el papel del letrista Rafael de León, Alejandro Vera como el poeta Federico García Lorca y Diana Navarro dando voz a Concha Piquer. Todos ellos, bajo la batuta del dramaturgo Juan Carlos Rubio, consiguen provocar a partes iguales la carcajada y la reflexión.
A través de un sonido in crescendo, que remite al viaje en el tiempo, el espectador se encuentra sentado en las butacas del Teatro Español de 1936. Concha Piquer y Rafael de León se hallan ensayando bajo el sonido de las teclas de un piano, a la espera de la llegada del poeta del momento, Federico García Lorca, al que Concha quiere encargarle una canción. La fusión entre las tres figuras del siglo XX es una explosión inicial que desemboca en una historia llena de emoción. Juan Carlos Rubio crea este encuentro ficticio y lleva a los presentes a imaginar cómo podría haber sido en la realidad.
La original escenografía nos muestra el verdadero Teatro Español de Madrid. El teatro hace de sí mismo y la magia se derrama por toda la sala. Un piano, el baúl de la cantante, sillas y una escalera sirven de decorado. La sensación que se desprende para con el público es de cercanía, como si el espectador estuviese siendo partícipe de todo en ese preciso momento. En una escena concreta, Lorca le pide a Concha que le cuente quién es en realidad, porque para poder componer una canción, según el poeta, necesita conocer su alma. Ahí, el escenario cobra vida y metaforiza, en algunos pequeños cambios de iluminación frontal a cenital, la historia de Concha desplazándose desde su Valencia natal hasta Estados Unidos, donde Lorca también aprovechará para ubicar su relato por el país.
La obra pasa de la comedia al drama en segundos. Los actores se adentran en la búsqueda de la identidad de los personajes, una identidad muy marcada por el devenir de la historia, que va cambiando a lo largo de la representación. Concha y Lorca, polos opuestos que se van descongelando hasta dejar ver su verdadero ser. El espectador acude con una imagen de cada uno de ellos en su mente que el elenco consigue desentrañar completamente al darles un tono muy humano. Alejandro Vera construye un Lorca lleno de picardía y melancolía a partes iguales que baila al compás de la interpretación de Avelino Piedad, que transmite un Rafael de León dividido entre la timidez introspectiva del poeta y la gracia andaluza que desprende llenando el diálogo de diversión. Todo ello acompañados de Diana Navarro que, en este papel de Concha Piquer, debuta como actriz haciendo una gran actuación llena de fuerza.
A pesar de que la obra ya presenta una propuesta interesante por sí misma, esta se ve potenciada por la impecable presentación de una perspectiva de género en la que tanto Juan Carlos Rubio en la composición como Diana Navarro en la interpretación consiguen mostrar la figura de Concha desde un punto de vista poco usual. Llevan al espectador el enfoque de cómo era ser una mujer independiente, dueña de una compañía y personaje público referente en la España de los años 30. Consiguen que el público entienda el carácter fuerte y las agallas de Concha Piquer para salir adelante en un mundo que la llenaba de prejuicios por su empoderamiento y liderazgo, valores que en los hombres eran fruto de admiración. Asimismo, la perspectiva sobre el colectivo LGTBIQ+ también consigue mostrar un potente mensaje sobre la situación de la época, ejemplificado en los personajes de Lorca y Rafael de León, dejando atrás la mirada de una sociedad que los trataba con recelo por su homosexualidad y ofreciendo a los asistentes una maravillosa representación de sus sentimientos.
La música tiene un papel fundamental en esta obra. Es el eje sobre el que se construyen las vivencias de los personajes, en concreto, aunque se canta en diferentes estilos e idiomas, la copla se postula como una protagonista más. La increíble voz de Diana Navarro llega al corazón al ritmo de Ojos verdes o Tatuaje, pero Avelino Piedad y Alejandro Vera no se quedan atrás cantando y tocando el piano piezas como A la lima y al limón o Ay Mama Inés. No obstante, una de las canciones más especiales y que deriva en reflexión es la que da nombre a la obra: En tierra extraña, pues al final aunque la historia ha querido enmarcar a los personajes en bandos opuestos, todos se han sentido alguna vez en tierra extraña. La situación de las dos Españas y el oscuro presagio que se abría sobre Lorca son el telón de fondo de una obra que invita a repensar la importancia del diálogo y el lugar que ocupan el miedo y el odio en nuestra sociedad.
La representación nos invita a imaginar qué hubieran podido crear entre los tres si no hubiesen asesinado a Lorca, como muchas otras cosas que la Guerra Civil cortó de raíz. Una obra como En tierra extraña lleva al público a valorar la importancia de conocer nuestro pasado y nuestra propia historia para que nunca vuelvan a ocurrir los mismos errores.
Teatro Olympia, del 6 al 18 de septiembre de 2022
Idea original: José María Cámara y Juan Carlos Rubio; Libreto y Dirección: Juan Carlos Rubio; Dirección Musical: Julio Awad; Intérpretes: Diana Navarro, Alejandro Vera, Avelino Piedad