Mujeres invisibles: «Històries amb minúscules», de Amparo Vayá

Myriam Física Ferrer.

Històries amb minúscules, obra premiada con con el Premi de teatre breu en Valencià Evarist Garcia 2020, fue llevada a escena el pasado 23 de noviembre en la sala Matilde Salvador de La Nau.

La obra, escrita y dirigida por Amparo Vayá e interpretada por las actrices de compañía Kala teatre Miryam Garcés, Pepa Juan y Laura Useleti, cuenta historias de varias mujeres a través de la historia más reciente española y cómo esta afecta o modifica sus vidas, sueños y ambiciones. Tal y como dicen en la obra, la historia con mayúsculas está hecha de historias con minúsculas, de las cuales muchas son historias de mujeres invisibles. Asistimos a una especie de retrato histórico de la mujer al mismo tiempo que a una representación de la evolución de esta a partir de frustraciones, deseos y sueños, partiendo, por ejemplo, de una mujer más tradicional y de mente cerrada y católica en el franquismo a una mujer que es libre de elegir si quiere o no casarse años más tarde.

A través de varios sketches o escenas breves vemos varios acontecimientos históricos contemporáneos como la llegada del hombre a la luna, la muerte de Franco, la clonación de la oveja Dolly o la victoria de la selección española en el mundial de 2010. Todos estos acontecimientos llevan a una reflexión sobre las posibles repercusiones que podrían tener estos sucesos, realizados en su mayoría, a excepción de aquellos provocados por fenómenos meteorológicos como la “Pantanà”, por hombres en las vidas de las mujeres.

Las mujeres que aparecen en las escenas breves, de diferentes clases sociales, pretenden mejorar sus vidas, buscando nuevas formas de evitar la monotonía o dureza de estas, como se ve en una de las escenas en la que la protagonista viaja en secreto hasta Murcia para cumplir su sueño de investigar una posible abducción alienígena, en otra en la que una madre habla sobre los deseos de su hija de ser astronauta tras la llegada de Armstrong a la luna ante la incredulidad de otra madre que considera esa ambición más un sueño que una posible realidad o en una en la que una trabajadora del hogar pide a su ama franquista una fregona para evitar los dolores de espalda y rodillas, una mujer que por su propio bien físico decide abandonar el trabajo ante la negativa del ama a dejar entrar “cosas extranjeras en casa en estos tiempos”.

La obra tiene, en mi opinión, tanto aspectos positivos como aspectos negativos. Por una parte la representación destaca principalmente por la inclusión de elementos audiovisuales que sirven de presentación y conclusión de los sketches. Mediante recursos de las diferentes épocas como canciones de la época, telediarios o comunicados radiofónicos, los espectadores conseguimos visualizar el contexto, ya sea cercano a nosotros como la final del mundial de 2010, o lejanos a nosotros, como el intento de golpe de Estado del 23F. Esto nos permite hacernos una perfecta idea de cómo vivían las mujeres en ese momento y nos prepara para las posibles reflexiones y reivindicaciones que se mostrarían en escena. Los juegos de luz también permitían mostrar en qué lugares querían que los espectadores centraran su mirada, en esos pocos elementos de atrezzo que hacen que la obra sea una escena metonímica.

Junto a los elementos audiovisuales, otro de los puntos positivos fueron el vestuario, los personajes y las actuaciones de las actrices. Con una gran naturalidad y maestría, las tres actrices hacían que te identificaras rápidamente con las protagonistas, sufriendo y riendo con ellas. Las mujeres que aparecían en las escenas eran mujeres conmovedoras y humanas, mujeres realistas que con sus historias, repletas de vaivenes, consiguen emocionar al público. Además, a través de un trabajado vestuario y una sorprendente rapidez a la hora de cambiarlo, las actrices conseguían meterte de fondo en el contexto de la escena y se podía apreciar no solo la evolución de la moda femenina sino también el paso a una moda más cómoda y liberadora.

La obra, sin embargo, me pareció, en cuanto a significado, muy simple. Esperé una mayor reflexión feminista sobre las vidas de estas mujeres invisibles a través de la historia escrita y protagonizada por hombres, pero estas reflexiones se quedaban a las puertas. Cuando parecía que se iba a comenzar a hacer una reflexión profunda, se apagaban las luces y al fondo ya se podía ver el título del siguiente sketch y escuchar la música elegida para la contextualización.

Pienso que una obra así tiene mucho potencial ideológico feminista, sin embargo el hecho de que se quedaran en la punta del iceberg me decepcionó un poco. La guionista optó por darle un punto de vista más cómico que consiguió el efecto deseado, pues la sala estaba llena de constantes risas, pero, por este motivo, al recurrir a lo cómico dejó a un lado lo que creo que quería reivindicar con profundidad: las consecuencias de los avances científicos, ideológicos y culturales, en definitiva todos los cambios históricos recientes, en las vidas de muchas mujeres.

Dicho lo anterior y para concluir, recomendaría esta obra por la técnica y el impresionante trabajo de las actrices pero no por sus diálogos, que pese a tener una buena intención no transmiten nada más que la superficie de las complejas vidas olvidadas de tantas mujeres que vivieron, y seguramente vivirán en el futuro, en la sombra.

Universitat de València, Sala Matilde Salvador , del 23 al 24 de noviembre de 2022

Text i direcció: Amparo Vayá; Intèrprets: Miryam Garcés, Pepa Juan i Laura Useleti. Una producció de Kala teatre.

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