«Six, The Musical», de Toby Marlow y Lucy Moss: un concierto de pop histórico

Celia Callejas Moreno

La representación de la monarquía británica del siglo XVI y su endiosada imagen actual son objeto de revisión y cuestionamiento durante 80 minutos de precisas coreografías y potentes canciones. Toby Marlow y Lucy Moss, destacados talentos musicales, presentan un musical en el Teatro Vaudeville, en el West End de Londres, que arroja luz sobre las figuras que han quedado en la sombra del excéntrico rey Henry VIII. Este espectáculo brinda la oportunidad de revivir la historia de estas mujeres, relegadas a la famosa rima «Divorced, beheaded, died. Divorced, beheaded, survived.», quienes toman el micrófono para romper con la narrativa que las reducía a cómo terminaron sus relaciones. De reinas Tudor a princesas del pop, en un histórico concierto, las esposas del monarca británico comparten su verdad y reclaman el reconocimiento que merecen.

Six: the musical se presenta como un diálogo directo entre el pasado y la actualidad, ofreciendo a las mujeres borradas de la historia la oportunidad de recuperar su voz a través de un formato musical. Cada una de ellas, mediante sus canciones y actitudes, personifica a una estrella del pop. De esta manera, nos encontramos con una Catherine of Aragon al más puro estilo de Beyoncé; una Anne Boleyn guerrera y punk que encarna a Miley Cyrus y Avril Lavigne; una Jane Seymour con baladas al estilo de Adele y Celine Dion; una Anne of Cleves que personifica el descaro y poder femenino de Nicki Minaj y Rihanna; una Katherine Howard que fusiona elementos de las jóvenes estrellas del pop sexualizadas Britney Spears y Ariana Grande; y una superviviente Catherine Parr similar a Alicia Keys. La elección del elenco, junto con la calidad de sus voces y la fuerza de sus interpretaciones, refuerza la imagen de estas icónicas cantantes del pop. Todo el elenco irradia poder, fuerza y grandeza, características que a menudo se asocian a artistas de la talla de Beyoncé o Celine Dion. A pesar de ello, cada actriz aporta su propio estilo y presencia al escenario, contribuyendo a la creación de una energía vibrante y cautivadora que hipnotiza al espectador desde el primer minuto.

Todas estas referencias musicales al pop buscan establecer una conexión con la faceta más comercial del público, que podrá identificar a estas divas con tan solo un gesto y una nota musical. Esta dinámica facilita la conexión de la historia y los personajes con la realidad del público. Sin embargo, no solo se intensifica la complicidad, sino que también se disminuye la sensación de seriedad. No sentimos que estemos ante una obra teatral propiamente dicha, entre muchas otras cosas por el escaso diálogo. La sensación que experimentamos es más parecida a la de estar en un concierto, donde las interacciones con el público (“London, are you ready?!”), las
luces, las minuciosas y calculadas coreografías, los micrófonos en mano y el vestuario refuerzan la idea de conexión entre pasado y presente, entre historia y cultura pop.

Estas figuras históricas se desarrollan a lo largo de la obra, cada una teniendo la oportunidad de contar su propia historia a través de su propia canción. La estructura del espectáculo es bastante fácil de seguir; sin una trama propiamente cohesiva, adopta una estructura casi circular que consta de dos actos. El primero incluye una presentación colectiva, seguida de las historias cantadas de Catherine of Aragon, Anne Boleyn y Jane Seymour. Posteriormente, encontramos lo que podríamos entender como un entreacto con la canción techno «Haus of Holbein» interpretada con acento alemán y gran comicidad. Por otra parte, el segundo acto narra las historias de Anne of Cleves, Katherine Howard y Catherine Parr, culminando con una canción final en la que todas se unen para explorar cómo habrían sido sus vidas sin la influencia y el destino impuesto por Henry VIII. Este momento final actúa como un grito conmovedor que reivindica el poder de la mujer para escribir su propia historia.

El principal objetivo de este espectáculo no es crear algo complejo y oscuro, sino todo lo contrario: atraer la atención del público moderno y arrojar luz sobre las figuras de las seis mujeres de Henry VIII. Se busca que dejen de ser simplemente «mujeres de» y pasen a tener una identidad personal, siendo reconocidas por sus propios logros. Esto es lo que reivindican en la primera canción del musical, que da inicio al espectáculo, llamada «Ex-wives». En esta canción, estas divas históricas señalan el motivo de nuestra presencia: decidir quién es la mejor entre todas ellas, emulando las competiciones impuestas por la industria musical sobre las artistas femeninas, quienes absurdamente deben luchar entre ellas para ganarse la admiración de la sociedad.

En este enfrentamiento musical, cada esposa tiene su propia canción para demostrar quién fue la que más sufrió a manos de Henry VIII. “What hurts more than a broken heart?”, pregunta Gabriela Stylianou como Jane Seymour, a lo que Thao Therese Nguyen, interpretando a Anne Boleyn, responde: «A severed head». La competición está impregnada de elementos cómicos y burlas, con algunos contrapuntos más dramáticos, especialmente de la mano de Jane Seymour, quien murió en el parto y dedica su canción, «Heart of Stone», a su hijo.

Sin embargo, estos momentos conmovedores quedan rápidamente eclipsados por el objetivo central de la competición y las burlas entre las esposas, lo que no brinda al espectador un respiro para experimentar emociones profundas. La narrativa siempre nos devuelve velozmente a la ligereza de la comicidad y al sentimiento empoderador de diva. Temas serios, como la decapitación de Anne Boleyn, pierden cualquier rastro de seriedad al ser presentados entre ataques directos y descarados a Henry VIII, como ocurre en la canción «Don’t Lose Your Head», en la que la repetición de la frase “What was I meant to do?” nos muestra su descaro (causante de su decapitación) como algo inocente, inevitable y sin importancia.

Incluso el rechazo que Anne of Cleves experimentó por parte del monarca, después de ser elegida como la próxima esposa a través de un retrato (hecho actualizado en el escenario a una versión de Tinder), se plantea como un gran ejemplo de poder femenino, quitándole cualquier peso a la tragicidad de esta historia. Anne of Cleves, interpretada por Reca Oakley, señala de manera mordaz a sus compañeras lo “triste” que es ser rechazada cuando te dejan como dueña de un palacio, donde puedes organizar banquetes, atender pretendientes y salir de caza sin que un «dirty rascal» te controle.

SSuperficialmente, podríamos entender la obra como un remix de quinientos años de desamor histórico en una celebración del poder femenino del siglo XXI. Sin embargo, aunque el espectáculo presenta a estas mujeres como figuras empoderadas, la competencia entre ellas proyecta una representación poco solidaria de las mujeres. A pesar de que al final descubrimos el verdadero y ejemplar motivo detrás de la competición, que resulta ser falsa,

pasamos la mayor parte del tiempo presenciando cómo luchan por el reconocimiento, relegando la noción de hermandad a los últimos minutos del espectáculo. Por ello, el mensaje feminista que transmite es el más ligero y fácil de consumir posible: apoyo entre todas, independencia, poder y libertad como individuo, entre otras cosas.

El enfoque feminista del musical radica más en invitar al público a reconsiderar cómo se cuentan las historias de las mujeres, dándoles voz a aquellas que, bajo las imposiciones monárquicas, la perdieron. El espectáculo presenta a las esposas como figuras empoderadas que toman las riendas de sus propias narrativas y las reescriben, desafiando las expectativas de la época en la que vivieron. Al otorgarles voz a estas figuras históricas, el musical desafía las narrativas tradicionales de sumisión y victimización, ofreciendo en su lugar una visión más completa y matizada de sus vidas y experiencias.

Six: The Musical se presenta como una obra revolucionaria que desafía tanto las convenciones del teatro musical como el relato hegemónico británico. Esta innovadora reinterpretación a lo girlband constituye un triunfo de la creatividad, fusionando la historia con la música pop para otorgar voz a las mujeres que han sido sistemáticamente relegadas a las sombras. Este espectáculo, más allá de ser un derroche de energía, color y música contagiosa, proporciona un espacio que nos facilita el cuestionamiento y el descubrimiento de aquellas narrativas que a menudo son pasadas por alto en los libros de historia. Se trata de una obra que nos recuerda la importancia de contar cada historia y escuchar cada voz.

Las vidas de Catherine of Aragon, Anne Boleyn, Jane Seymour, Anne of Cleves, Katherine Howard y Catherine Parr siempre han estado subyugadas a la imagen de Henry VIII. Sin embargo, Six: The Musical las coloca en el centro del escenario, permitiéndoles contar sus propias historias y desafiar la narrativa que las ha reducido a meras notas al pie de página. Ahora, aunque tristemente sea cinco siglos después, las seis recuperan su voz y nos recuerdan la única verdad que importa: ¿quién sería Henry VIII sin sus seis esposas?

Vaudeville Theater, Londres, hasta abril de 2024

Un espectáculo de Toby Marlow and Lucy Moss; Dirección: Lucy Moss y Jamie Armitage; Coreografía: Carrie-Anne Ingrouille; Elenco: Nikki Bentley, Thao Therese Nguyen, Kayleigh McKnight, Reca Oakley, Inez Budd, Janiq Charles, Meg Dixon-Brasil y Natalie Pilkington; Escenografía: Emma Bailey; Vestuario: Gabriella Slade; Iluminación: Tim Deiling; Sonido: Paul Gatehouse

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